“Desde nuestro conocimiento queremos hacer un aporte a la Nación”

Cr. José Arnoletto - Presidente de la Federación Argentina de Consejos Profesionales de Ciencias Económicas

Mucho se habla y desde hace mucho tiempo, sobre la necesidad de encarar de manera seria y definitiva una reforma integral tributaria en nuestro país. Frente a diferentes sectores que solicitan se avance sobre este tema y cuando el Congreso de la Nación ya definió los integrantes de la comisión bicameral que tendrá a su cargo el estudio de este tema, Comunicándonos entrevistó al presidente de la Federación que nuclea a los Consejos Profesionales del país, Cr. José Arnoletto, quien adelanta los lineamientos del proyecto que acercará la FACPCE a los legisladores nacionales.

La Federación está trabajando en un proyecto de reforma integral tributaria. ¿Cuáles son las principales características de este proyecto?

En nuestra Federación, desde mediados del año 2016 venimos pensando de qué modo desde nuestro conocimiento, podíamos hacer un aporte al desarrollo de la Nación. Uno  de los principales problemas que detectamos es un sistema tributario anárquico, obsoleto, absolutamente ineficiente, y pensamos que nuestra institución podría ser uno de los actores importantes en esto. ¿Porqué? Porque somos una entidad federal que representa a las 23 provincias y a la ciudad de Buenos Aires lo que nos da un conocimiento territorial y geográfico relevante. Además, tenemos profesionales que ejercen en el sector privado, contadores que trabajan en el asesoramiento tributario, colegas que se desempeñan en el sector público y aportan el punto de vista de quienes deben administrar los tributos, profesionales dedicados a la economía que conocen la implicancia de cada tributo y del gasto público, que nos pueden ayudar a tener una propuesta ecuánime; también tenemos profesionales especializados en pequeñas y mediana empresas, en donde el impacto de las asimetrías tributarias tienen un efecto de mayor preponderancia.

Nuestro aporte no puede ser un parche más a la suma de parches que tiene la situación tributaria actual sino realmente una propuesta con cambios de fondo. Nuestra Nación se debe, desde la reforma constitucional de 1994, el repensar la coparticipación federal y replantear un sistema tributario eficaz y equitativo; y eso nos llevó a trabajar muy fuerte en esta propuesta.

 ¿Cuál es el diagnóstico de situación que tienen relevado?

Un primer diagnóstico de la situación es que estamos en un sistema tributario anárquico, en donde dos y hasta tres niveles distintos de gobierno gravan situaciones similares, en algunos casos con una triple imposición (nacional, provincial y municipal) sobre una misma materia imponible, como es el caso de las ventas que son alcanzadas por el impuesto al Valor Agregado a nivel nacional, por ingresos brutos a nivel provincial y por tasas de comercio e industrias municipales. Nos dimos con sistemas de convenios multilaterales que no funcionan, con sistemas de retenciones, recaudaciones y percepciones que implican exacciones directas y totales de las arcas de los contribuyentes, que sufren los débitos de sus cuentas bancarias y en muchos casos tienen saldos a favor irrecuperables. Por supuesto, esto conlleva a un desorden en el gasto público, por lo que entendemos que una propuesta integral debe incluir las distintas funciones del estado, repensarlas y trabajarlas en función de la optimización de gastos e inversiones. Todos los ajustes se piden, histórica y tradicionalmente, al sector privado y es tiempo de que el sector público también repiense cómo justifica la eficiencia de cada uno de sus gastos.

 ¿Cuál es el nivel de presión tributaria que hoy se ejerce en Argentina?

Es altísimo. Las empresas que tributan, lo hacen en un porcentaje cercano al 50%. Pero ocurre que no son muchos los contribuyentes que pagan sus impuestos. Entonces, parte de nuestra propuesta está basada en el principio de que deberían pagarse alícuotas impositivas menores pero la deberían pagar muchísimos más contribuyentes.

Creemos que aumentando la base de contribuyentes se puede disminuir ostensiblemente la presión y no menguarían los ingresos de los distintos fiscos.

Si se contemplan las asimetrías del país, las diferencias entre regiones productivas, la complejidad geográfica y la pobreza extrema en diferentes provincias, especialmente del norte, ¿el gasto público está sobredimensionado?

Las asimetrías del país son notorias y es responsabilidad del Estado redistribuir los ingresos de manera adecuada. Por eso, la ley de coparticipación tiene que rediscutirse en este proyecto de reforma. Hay que debatir sobre qué base se distribuye. La coparticipación debe repartirse en base a quien genera la renta pero también debe haber un criterio territorial que contemple las asimetrías y las compense. Pero no con un sistema que genere “provincias becadas” en función de las atribuciones discrecionales de un gobierno, o que pase a ser eternamente beneficiada y no necesite buscar ser competitiva. Cuando se reciben recursos sin obligarse a la eficiencia local, se daña la economía, ya que artificialmente le ingresan recursos y el sector público compite con el privado en los procesos de generación de empleo. Cuando es el sector público el que genera empleo y el privado no tiene empleo de calidad, la provincia pierde competitividad.

México, Chile, Colombia y unos años más atrás Uruguay realizaron reformas integrales ¿se estudiaron esas experiencias de países latinoamericanos?

Nuestros equipos técnicos trabajan analizando las experiencias de otros países latinoamericanos, como por ejemplo Chile, donde la alícuota de impuesto a las ganancias está subdividida en dos tramos: uno, cuando se obtienen ganancias y otro tramo en caso de que las empresas distribuyan dividendos. Esto promueve la reinversión de utilidades, ya que tributan una alícuota menor. También hemos analizados otros modelos, en los que la recaudación tiene una estructura unitaria y el poder recaudatorio recae solo en el organismo nacional. Aquí el sistema es federal y hay potestades de las provincias delegadas a nación, otras que conservan las provincias, así que no siempre son sencillas de replicar otras experiencias en nuestro esquema. Lo que está probado en numerosos países del mundo es que ampliando la base de contribuyentes, pueden disminuirse notoriamente las alícuotas tributarias y por ende se desalienta la evasión y esto permite un blanqueo mayor de la economía.

 ¿Cuáles son los impuestos que mayor incidencia tienen en el esquema recaudador?

El IVA, que tiene algunas simetrías con sus distintas alícuotas, lo que hace que algunos actores generen saldos a favor, o se van generando inequidades en toda la cadena de valor cuando determinados segmentos están gravados con el 21%, otros con el 10.5% y otros están exentos. Nuestra propuesta con respecto a este tema es revisar las exenciones y buscar el aumento de la base  de contribuyentes que aportan el IVA para bajar la alícuota. Los otros impuestos importantes en recaudación, pero que generan un impacto gravísimo en la economía, son los impuestos al crédito y débito bancario, que desalienta la bancarización, y promueve el manejo de fondos por fuera del sistema, con endosos indefinidos de cheques, por ejemplo. Si se pretende ir hacia un blanqueo de las actividades económicas, este impuesto debe ser eliminado o utilizado a cuenta de otros tributos. Otro impuesto de gran incidencia es Ingresos Brutos, de jurisdicción provincial, que en algunos casos llega al 3, 4 o hasta el 5%, acumulativo, en todos los niveles comerciales se vuelve a tributar. Es totalmente distorsivo. Como es uno de los pocos de recaudación provincial entendemos que hay que buscar un gran consenso en su discusión y modificación para estipular cómo harán las provincias para compensar estos ingresos ya que tiene, en algunos casos, un impacto notorio en las economías provinciales.

 ¿Sobre qué otros impuestos están trabajando?

En Ganancias y sus cuatro categorías. Estamos analizando especialmente la segunda en qué medida tiene sentido la imposición o la exención en la renta de capitales, ya que una persona tributa o no dependiendo de qué activos decide invertir sus excedentes financieros. Esto genera sesgos respecto de los sectores de la economía en los que conviene invertir en detrimento de otros. Lo mismo sucede con la cuarta categoría, renta del trabajo personal, esto nos ha llevado a importantes discusiones, ya que creemos que debe estar alcanzado por este impuestos pero con mínimos no imponibles adecuadamente altos y con una alícuota que tiene que tener una progresividad a medida que se logren grandes rentas. El problema en Argentina es que ambos límites están distorsionados. Estos elementos deben revisarse. En el resto hay que buscar razonabilidad respecto a la causa que lo genera. Si se puede deducir un empleado doméstico, debe poder deducirse de ganancias un importe similar al que está tributando, lo mismo para un seguro de vida o un aporte a un fondo de salud. Los valores hoy son irrisorios en comparación a los montos abonados por esos mismos conceptos.

 ¿Se está trabajando sobre el impacto del proyecto de reforma, es decir su incidencia y su cuantificación?

Luego de llegar a consensos internos en el seno de la FACPCE, sobre qué aspectos discutir y trabajar, vamos a intentar la cuantificación de los impactos de cada una de estas medidas. Los expertos en estos temas analizarán los niveles de recaudación actuales, el impacto si se morigeraran los impuestos y si es posible compensar con el aumento de las bases que tributarán.