Mediación interdisciplinaria

La provincia de Salta es pionera en lo que a Mediación Interdisciplinaria se refiere. La Mediación Interdisciplinaria significa que puede ser Mediador cualquier persona que tenga un título de grado y pueda acreditar tres años de ejercicio de la profesión, lo que implica estar matriculado en el Colegio Profesional correspondiente y no tener sanciones disciplinarias. Es decir que en Salta no sólo los abogados pueden ser Mediadores.

Para entender la interdisciplinariedad hay que romper un fuerte y ancestral paradigma que establece que todo conflicto se resuelve desde una perspectiva confrontativa, en donde uno gana y el otro pierde, generando una cultura y una sociedad sustentada en este paradigma. Lo que busca este nuevo abordaje es trascender el hábito tan arraigado de la confrontación hacia un modelo no adversarial de resolución de conflictos. Y es aquí donde lo interdisciplinario se convierte en una eficaz y útil herramienta.

Cada profesión capacita en las habilidades requeridas para su correcto ejercicio, pero también otorga una visión única y particular del mundo y de la vida. La interacción y el trabajo en conjunto de personas con diferentes profesiones y perspectivas logran una “riqueza” y una “sinergia” que no se podrían lograr de otra manera. Se logra ampliar el abanico de alternativas y enriquece los beneficios de los resultados obtenidos. Para que este abordaje realmente logre su objetivo, el Mediador se tiene que capacitar en habilidades y conocimientos propios de la profesión de Mediador, más allá de los adquiridos en su profesión de base.

Actualmente, la formación inicial contempla una capacitación básica de 100 horas obligatorias para obtener el Registro de Mediador. Para mantener el Registro se realiza “Capacitación Continua”, esto significa que se deben tomar cursos y talleres por un total de 60 horas cada dos años, brindados por instituciones habilitadas por el Ministerio de Derechos Humanos y Justicia de Salta. Esta capacitación continua garantiza que el mediador incorpore nuevas herramientas e interactúe con sus colegas en un proceso de mutuo aprendizaje.

El Mediador no es abogado, no es psicólogo, no es terapeuta, no es coach, no es asesor, no es consultor. El Mediador es un facilitador de procesos de comunicación, que busca recomponer las relaciones de las partes en conflicto, busca abrir los canales de comunicación, aunque no se llegue a un acuerdo. Además de los contenidos que se brindan en la formación inicial, existen múltiples herramientas, escuelas y movimientos que ayudan al mediador en su trabajo del día a día, profundizando las técnicas aprendidas e incorporando nuevas. A continuación mencionamos las más conocidas e importantes por sus aportes e impacto: Comunicación No Violenta de Rosenberg, Programación Neuro Lingüística, gestión de Emociones, Técnicas de Negociación de la Escuela de Harvard, Modelo Circular Narrativo de Sara Cobb, Modelo Transformativo de Bush y Folger, Modelo de Comunicación de la Escuela de Palo Alto de California.

La Mediación es un proceso de transformación y crecimiento para todos los involucrados, trasciende profesiones, intereses y conflictos. Brinda la oportunidad de hacer las cosas de otra manera, una manera consiente y responsable, asumiendo la parte que nos toca y haciéndonos cargo de las decisiones que tomamos y las consecuencias de las mismas.