El rol del Mediador

Escriben: Lic. María Silvina Haddad y Lic. Paola Martinis TiplinskyProfundizando en lo que a Mediación se refiere, hoy hablamos del “rol del mediador”. En Salta contamos con Mediación Judicial, Extrajudicial y Comunitaria. Nuestra provincia contempla la “Mediación Interdisciplinaria” por lo que “para actuar como Mediador en sede Extrajudicial será requisito tener título universitario de carrera de grado, con tres años de antigüedad en el ejercicio profesional, encontrarse matriculado en el colegio o consejo profesional respectivo, haber aprobado el Curso de Formación Básica dictado por una institución nacional o provincial habilitada por el Ministerio de Justica de la Nación a los efectos, tener matrícula vigente en el órgano de contralor correspondiente y disponer de ambientes adecuados para el desarrollo del proceso de mediación” (Ley Prov.7324, Art. 29). El Ministerio de Justicia y Derechos Humanos de Salta es el encargado de reglamentar, regular y controlar el Registro de Mediadores Extrajudiciales y los Centros Privados de Mediación.

Los deberes básicos del Mediador son la neutralidad y la confidencialidad. La confidencialidad es vital, al punto que un Mediador no puede ser citado traten temas de la mediación de la que fue parte, y para garantizarla, todos los involucrados firman un Acuerdo de Confidencialidad. Queda relevado de dicho deber quien, durante el desarrollo del procedimiento, tomara conocimiento de la existencia de un delito de acción pública o violencia o malos tratos contra un menor, el que deberá ser denunciado ante la autoridad competente. La neutralidad es otro deber fundamental e implica la imparcialidad del Mediador.

Es importante entender que el ser humano tiende a ser “subjetivo” justamente por su propia esencia, pero la neutralidad se logra cuando el mediador se capacita en las habilidades que requiere su rol y en el esfuerzo consciente para lograrla. Es por este motivo que cuando existe un conflicto de intereses entre el Mediador y las partes o el Mediador y el objeto de la mediación, debe apartarse del proceso. A partir de estos dos pilares fundamentales, el Mediador debe invitar a los convocados a participar de la mediación explicándoles cómo funciona y cuáles son los lineamientos a seguir, dejando claro que si no se respetan, puede darla por finalizada. Los deberes de confidencialidad y Provincial de Mediación N°7327.

Un Mediador NO debe “saber todo”, de hecho la capacitación fundamental del Mediador se basa en conceptos de la “ciencia de la comunicación”, es decir que debe aprender a escuchar, preguntar, observar, gestionar emociones y escaladas de conflicto. Es por ello que cuando se tratan temas técnicos o que exceden los conocimientos del Mediador se debe citar a peritos expertos en el tema.

Un buen Mediador genera confianza, y esta confianza la logra siendo asertivo en sus palabras, en sus preguntas, en sus intervenciones y en el esfuerzo que ponga para guiar el proceso hacia los puntos en común y darles la posibilidad a las partes de llegar a un acuerdo consensuado y mutuamente satisfactorio. Incluso cuando no se llega a un acuerdo, el esfuerzo del Mediador puede generar puntos de quiebre en las partes para abordar el conflicto desde otra perspectiva.