65º Aniversario de nuestro CPCE- Semblanzas Cr. Francisco Iacuzzi y Cr Juan José Fernández

Cr. Francisco IACUZZI nacido en Artegna (Udine) Italia el 10 de abril de 1927, a los 10 años llega a la Argentina, casado con Doña María del Carmen García con quien tuvo ocho hijos: Isabel, Graciela, Marina, Silvia, Mónica, Carlos, María de los Ángeles y Luis; y dieciséis nietos y un bisnieto.

Egresóde la Universidad Nacional del Litoral (Santa Fe) con el título de CONTADOR PUBLICO NACIONAL.  Fue Presidente del Consejo Profesional de Ciencias Económicas de Salta por el período 1959-1962 y en dos períodos fue Presidente del Departamento de Servicios Sociales dependiente del Consejo Profesional durante 1982-1983 y Presiente del Departamento de Seguridad Social en el período comprendido entre 1990-1991

Carta enviada por su hijo Cr.  Luis Iacuzzi

Estimados colegas, y omito encabezados y floreo en esta carta de agradecimiento, pues va mas allá de la formalidad de agradecer pues no es de mi interés  cumplir  con una cuestión formal, sino moral y sincera.

Allá por Diciembre cuando informalmente el querido Sr. Presidente me informara sobre su voluntad de que una sala del Consejo llevara el nombre de mi padre … no hice más que pensar que era una señal, ya que sin dudas había sido uno de los peores días de los últimos tiempos …esos días en que el trabajo agobia tanto, tanto … esos días en que uno se siente tan decepcionado e irritado por el entorno …que quisiera salir corriendo … pero ahí estaba la buena nueva …y eso fue realmente un bálsamo ante tanto desatino.

Cuando recapitulo sobre la vida de mi querido Panchito pienso en sus diversas facetas … la de un mega empresario .. nunca le gustó lo micro … todo debía ser a lo grande y rápido … pero quizás en su faz empresaria hubo más remo y empuje, que beneficios económicos … pues de innumerables préstamos a costa de sucesivos embargos sobre nuestra casa habitación surgió la Compañía Industrial Cervecera por ejemplo … lo que no es poco. … luego vinieron muchos aciertos y unos tantos desaciertos a los que prefiero no hacer referencia.

De su intervención en la Sociedad Italiana y el Círculo Friulano queda aquella búsqueda permanente de mantener algún vínculo con sus raíces, sus recuerdos, su inmensa admiración al hermoso Nono Angel … su hombría de bien ….su afecto, su imagen pisando la uva para el vino, con su huerta y su abono, cocinando la polenta en la olla de hierro … muchas cosas que desgraciadamente no pude disfrutar porque se fue al cielo cuando era muy chico.

De sus años de política y búsqueda en la parte pública… recuerdo su fuerte compromiso horario, su entrega…. Obviamente esta actividad  siempre  paralela a su actividad profesional,  lo que lo hacía más meritorio ya que el esfuerzo intelectual y físico era mucho mayor.

Entiendo que la política en la mayoría de los casos es  ingrata y se desenvuelve en un ámbito viciado, lo que lo terminó espantando…

Su paso por el Banco Provincial y un Directorio honesto que resistió lo que pudo, las diversas presiones por préstamos a los amigos del poder de turno … en su  momento los empleados del banco los recordaban como los únicos directores que entraron y salieron con los mismos autos y propiedades … Panchito lo hizo en un Renault 12 rojo que era un espanto!

Dentro de tan vertiginosa actividad pública nunca podré olvidar su ternura, su afecto, nuestras escapadas a Quijano a regar las plantas, a hacer un par de defensas al río, los enoooormes asados dominicales  familiares  o con la gente del Consejo, o los de la Caja, o con amigos …. su riquísimo y friulano chancho con hinojo … su presencia siempre … pase lo que pasé … con vencimientos  o no, siempre fue un padre excepcional que me acompañó en las buenísimas, en la enfermedad y cuando la muerte me arrancó la felicidad. Recuerdo su fortaleza y sus miedos  en momentos de enfermedad, pero siempre un gran luchador … como lo era en todos los  ámbitos de la vida.

El homenaje familiar es permanente, no hay quien pueda olvidar a Panchito papá, hermano, esposo, nono, socio, jefe, compañero…

Su entrega a la actividad pública, no tuvo homenajes, de hecho le dieron la espalda en los  momentos más  difíciles…  todo eso está teñido de miseria humana y ese no era terreno de mi papá.

Pero el homenaje de sus pares, como debía ser … es maravilloso y por esto les estaré agradecido por siempre.  Todos sus proyectos macro…gigantes…con su gran visión de futuro se concretaron en esta institución …hasta este nuevo edificio que hoy es una realidad fue un sueño de Panchito. El Consejo y la Caja fueron preocupaciones y un compromiso que estuvo siempre presente en su vida, estando en cargos o no, siempre colaboró poniendo su sentido solidario, pensando en todos, honestamente, con la eficiencia de siempre logró cosas muy importantes para la matrícula. Conozco el afecto, el respeto y la admiración de muchos de sus colegas, pero el  gesto de que exista una sala con su nombre es un gesto que podía no ocurrir nunca, sin embargo hoy es una realidad y toda mi familia está feliz y orgullosa por el reconocimiento.

Muchísimas Gracias!!!!!

Un gran abrazo!

Luis Iacuzzi (hijo)

Cr. Juan José Fernández nacido en Salta el 10 de febrero de 1950, casado con Soledad Elva Lopez con quien tuvo dos mellizos Facundo y Martín y María Belén.

Egresó de la Universidad Nacional de Salta con el título de CONTADOR PUBLICO NACIONAL; MASTER EN GESTION DE EMPRESAS, titulación conjunta de la Universidad de Alcalá – Madrid – España y la Universidad Nacional de Salta – Argentinay obtuvo el DIPLOMA EN ORGANIZACIÓN Y METODOS del Instituto Nacional de Administración Pública de la Universidad Nacional de Alcalá de Henares (Madrid) España.

Entre otras funciones, se desempeño como Secretario de Estado de Ingresos Públicos de la Provincia de Salta, Ministro de Educación de la Provincia de Salta; Presidente del Directorio del Ente Regulador del Juego de Azar y Presidente del Consejo Profesional de Ciencias Económicas de Salta por dos períodos 1989-1991 y 1994-1997.

A continuación una semblanza escrita por su hermano de la vida Cr. Víctor Hugo CLAROS

Evocamos con ternura infinita a un amigo frutal que pasó por la vida sembrando capítulos de asombro. Los que tuvimos la suerte de acompañarlo en distintos tramos de su tiempo hoy lo vemos como una estrella inalcansable que alumbra nuestro derrotero.

El pan de su amistad, fresca como agua de manantial, nos obliga al permanente recuerdo, a pesar de este silencio que nos separa, sentimos su distancia como fuertes gritos.

Su vida ha sido una universidad sin límites que sirve de espejo y de ejemplo.

Lo recordamos en esa brillante carrera realizada en el entrañable Banco de Préstamos y Asistencia Social, ya que desde niño cantor llegó hasta el último peldaño que le ofrecía el desafío, ser el Gerente General. Su capacidad y su voluntad eran el timón que vencía todas las marejadas y conducía a puerto seguro.

A la par de la actividad bancaria ejercía otro sueño, la docencia en la Universidad Nacional de Salta, formando a tantos jóvenes que pasaron a integrar el plantel de colegas quienes, justamente, decidieron que sea el Presidente del Consejo Profesional de Ciencias Económicas en más de una oportunidad.

También creció a un alto rango de la función pública hasta constituirse en Ministro de Educación de la Provincia de Salta. Toda su experiencia de vida volcada en esa comprometida función.

Muchos reconocemos que encontrar a Juan José por nuestro camino fue como encontrar una perla en un montículo de arena, una brillante luz en las tinieblas.

Los hombres como las flores, perfuman su tiempo, deleitan con su presencia, armonizan con la vida circundante, pero luego marchitan y se deshojan, mostrando su fragilidad.

Creemos que el dolor es una materia que capacita más que la felicidad. Será por eso que ese dolor se convierte en tesonero y nos da las energías para seguir con nuestros sueños.

El éxito es una pesada carga que nos puede hacer trastabillar, decimos esto porque aún no entendemos esa su muerte primera que nos cubrió de distancia y de profundos silencios.

No queremos caer bajo las garras del olvido, porque nos torturarán los recuerdos. Mejor nos aferramos a su figura que la guardamos en nuestras almas, para que nos siga ayudando a cuidar con celo y con mucho esmero los caminos que supo conducir el querido “Boto Fernandez”.

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