Frente a los impuestos, la sociedad debe tener sensación de equidad

Durante la visita a Salta del Dr. Marcelo Eduardo Domínguez, Comunicándonos le realizó una extensa entrevista sobre el sistema tributario argentino y su propuesta de modificación.

¿Qué características tiene el actual sistema tributario Argentino?
Al igual que todos los sistemas tributarios, el sistema tributario argentino intenta captar la capacidad privada de contribuir con el Estado, lo cual se refleja a través del impuesto a la Renta que recae en mayor medida sobre los que más ganan, los impuestos Patrimoniales que recaen sobre quienes han adquirido o recibido patrimonios, y los impuestos al Consumo que están incluidos en los precios de los bienes y servicios que se comercializan en el país, siendo los consumidores los “contribuyentes de hecho” de estos Impuestos. Partiendo de esa estructura, nuestro sistema tributario tiene las siguientes características:
1) El impuesto a la Renta que recae sobre las Personas Humanas ha perdido la progresividad que lo caracterizaba, ya que si bien se mantienen las diferencias de tasas (desde el 9% hasta el 35%), que no se actualicen los tramos de rentas gravadas hace que los ingresos personales lleguen rápidamente al 35%. Esta situación provoca alguna in equidad entre las altas rentas y las bajas rentas.
2) El impuesto a la Renta que recae sobre las Sociedades prevé la alícuota del 35%. Entre septiembre de 2013 y julio de 2016 rigió la alícuota adicional del 10% sobre las utilidades distribuidas, lo cual daba lugar a que la renta distribuida por la sociedad a los socios quedara gravada al 45%. Este hecho dejaba a nuestro país en una situación inversa a la de otros países receptores de inversiones internacionales, ya que la tendencia actual es disminuir la alícuota del impuesto a la Renta Societaria para captar in- versiones, además de gravar las utilidades distribuidas, para incentivar la re-inversión de utilidades en el país.
3) El impuesto al Patrimonio que se aplica en nuestro Sistema Federal de Gobierno puede dar lugar a la “triple imposición patrimonial” sobre los mismos bienes. Por ejemplo, la tenencia de un inmueble puede estar gravado por el impuesto nacional a los Bienes Personales, el impuesto inmobiliario provincial y la tasa municipal de alumbrado, barrido y limpieza (si es un inmueble urbano), o bien, la tasa municipal de mantenimiento de la red vial (si es un inmueble rural). En algunas provincias recae sobre el patrimonio el denominado “Impuesto a la Transmisión Gratuita de Bienes”.
4) El impuesto al Consumo puede dar lugar a otra “triple imposición al consumo”. Es decir, el precio de los bienes que se venden a un consumidor final está incidido por el IVA nacional, por el impuesto provincial sobre los Ingresos Brutos, y por la Tasa municipal sobre ventas. Dado que los impuestos provinciales y municipales se aplican en todas las etapas de producción y comercialización, la producción local pierde competitividad frente a la producción de otros países, lo cual obliga a la Nación a imponer barreras arancelarias a la importación. La producción primaria (sobre todo la agropecuaria) tiene una gran complejidad en la formación de los precios en todas las etapas de la cadena que va desde el productor hasta el consumidor final. El IVA incide “por fuera” de los precios pactados en la etapa de producción, y luego “por dentro” de los precios de los bienes que llegan al consumidor final. Esta modalidad de aplicación del IVA distorsiona los precios y los márgenes de utilidad efectiva de cada etapa.
En definitiva, esto hace que en nuestro país conviva la economía formal (con bajas utilidades), con la economía informal (con altas utilidades).
5) Nuestro sistema tributario cuenta con varios impuestos distorsivos que dificultan el control fiscal porque atentan contra la bancarización. Por ejemplo, el impuesto a los Débitos y Créditos Bancarios es distorsivo por que es un impuesto transaccional que castiga el uso de las cuentas bancarias propias. El impuesto de Sellos provincial también es distorsivo porque en muchos casos recae sobre la misma base imponible que el impuesto sobre los Ingresos Brutos (cuando se gravan las Ordenes de Compras o los Contratos de Suministros), y en otros casos este impuesto incentiva la escrituración de inmuebles por menor valor.

¿Cree que es necesaria una reforma del actual Sistema Tributario?
Sí, creo que es muy necesaria. Una reforma del actual sistema tributario fundamentalmente requiere el compromiso de Nación, Provincias y Municipios en los siguientes 3 pilares:
1) Sistematización de operaciones y de patrimonios a través de una base de datos a la cual puedan acceder los tres niveles de Gobierno.
2) Control conjunto de la economía informal a través del fomento de la bancarización como requisito para todos los cobros y pagos.
3) Implementación de un nuevo Régimen de Coparticipación Federal de Impuestos de carácter dinámico y que prevea una distribución objetiva de recursos coparticipables.
La tendencia mundial hacia la sistematización integral de operaciones comerciales tiene como punto de partida la generalización del uso de la facturación electrónica y de los controladores fiscales on line con la AFIP. Esto permitirá que el impuesto operacional a pagar a cada jurisdicción surja sistémicamente y no por la auto declaración de los contribuyentes. Y dará lugar a que los tres niveles de Gobierno puedan combatir la economía informal con más efectividad.

¿Cuál es la importancia para la sociedad?
Lo importante para la sociedad es tener la sensación de equidad, es decir, percibir que la carga tributaria es realmente equitativa. La sociedad debe advertir que los que más pagan impuestos son los que obtienen más rentas, o los que tienen más patrimonio, y que no hay privilegios ni exenciones que puedan afectar la igualdad ante la Ley o la competencia comercial.
Según su opinión, ¿cómo debería ser el sistema tributario en Argentina?
Debiera mantener la estructura actual de impuestos que recaen sobre la Renta, el Patrimonio y los Consumos, pero eliminando los impuestos distorsivos. Debiera existir más control fiscal de parte de los tres niveles de Gobierno a través de la sistematización integral de todas las operaciones y de los patrimonios. Es fundamental también el fomento de la bancarización integral de las operaciones comerciales e inmobiliarias. Además, debiera re-instalarse la progresividad en la escala aplicable en el impuesto a la Renta de las Personas Humanas, disminuirse la alícuota aplicable sobre la renta empresaria (para atraer inversiones), y gravarse la distribución de dividendos (para fomentar la re-inversión). Además, el Gobierno Nacional debiera propiciar la urgente “Cuitificación” de los catastros inmobiliarios provinciales, así como la valuación fiscal de todos los inmuebles a precios cercanos a los de mercado. El Gobierno Nacional debiera crear Registros Nacionales de inmuebles, automotores, embarcaciones, participación en sociedades, inversiones financieras y bursátiles, etc. A estos Registros de patrimonios sobre base CUIT, debieran acceder las Provincias y Municipios.
El sistema de Coparticipación secundaria debiera adoptar la lógica el Convenio Multilateral. De este modo, así como los coeficientes del Convenio Multilateral varían anualmente en la medida que cambien los ingresos y los gastos de cada provincia, también debiera variar periódicamente la coparticipación secundaria (entre las provincias) en la medida que cambie el censo poblacional, el índice de pobreza, o la eficiencia en la recaudación de los tributos locales. Es fundamental migrar de la coparticipación estática actual, a la coparticipación dinámica basada en factores de ponderación objetivos aprobados por las 24 jurisdicciones.

El Dr. Marcelo Dominguez es Contador Público y Licenciado en Administración.
Es profesor en la Universidad de Buenos Aires y la Universidad de Belgrano; mientras que en las Universidades Nacionales del Nordeste, la Patagonia, el Litoral, Entre Ríos y San Juan es profesor de posgrados.
Es coordinador y disertante en el Curso de Actualización Impositiva y Previsional del Consejo Profesional de la CABA, coordinador Técnico de la Comisión de Estudios Tributarios de la FACPCE ante el Espacio Consultivo de la AFIP, y es vicepresidente de la Comisión de Tributación y Fiscalidad de la Asociación Interamericana de Contabilidad.
Es autor de artículos y capítulos doctrinarios en revistas y libros de la especialidad tributaria; y asesor Tributario en ámbitos Públicos y Privados.