Cómo sigue la Economía después de las turbulencias

Escribe: Dr. Juan Lucas Dapena Fernández (Extracto exposición brindada en el CPCES el 9 de mayo)
Estamos finalizando mayo y se puede afirmar que estos primeros meses del 2018 han sido bastante movidos en lo que a economía se refiere, pero que también parecería que ya empiezan a definir cómo evolucionará lo que queda de este año en lo que a cuestiones económicas se refiere.
El gradualismo económico imperante, que implicaba apuntalar un crecimiento económico que vaya disminuyendo porcentualmente el gasto público en relación a los ingresos del Estado fue puesto bajo presión.
Hubo factores externos que lo condicionaron, como por ejemplo la suba de tasa de interés en los Bonos a 10 años en EE.UU que originó un flujo de dólares desde el resto del mundo hacia ese país, pero también hubo factores internos que se evidenciaron o bien se dispararon junto a la suba de tasas en EE.UU.
Estos son factores cambiarios que tienen su origen en un dólar subvaluado en Argentina a lo que se le suma un mal manejo inicial de la crisis cambiaria, dado que en un momento en el cual todas las monedas del mundo se devaluaban contra el dólar, el BCRA en Argentina quiso mantener el precio del dólar en 20 – 21 pesos argentinos.
Ello llevó a una mayor presión compradora que terminó con el BCRA malvendiendo los dólares y generándose inevitablemente la devaluación.

También hubo factores estructurales que quedaron en evidencia, como por ejemplo, las señales de que el déficit público (lo que el Estado gasta de más porque no tiene el dinero para hacerlo y se financia con deuda y emisión) y el déficit de cuenta corriente (lo que vendemos al mundo menos lo que nos vende el mundo) son más difíciles de solucionar de lo que se preveía inicialmente.
El inicio de negociaciones con el FMI permitiría contar con los dólares necesarios para seguir adelante, al menos hasta fines del 2019, con el mismo plan gradualista, lo que dotó de cierta previsibilidad a las variables macroeconómicas. No obstante, el gradualismo será a mayor velocidad en lo que a recorte de gastos se refiere, como ya lo evidenció la disminución del presupuesto en obra pública.
Ello, sumado a un precio local del dólar mucho más competitivo a nivel internacional, permitiría contar con el tiempo necesario para ir normalizando la economía y transitar medianamente tranquilos lo que queda de este mandato nacional.

Falta ver cómo repercuten los nuevos valores de tarifas y del dólar en el resto de la economía para poder cuantificar el impacto inflacionario a futuro (9,6% fue la suba en el IPC - inflación hasta abril inclusive). La canasta básica para no ser pobre en abril fue de $ 18.258 (familia de cuatro miembros, dos adultos y dos menores), mientras que esa familia, para no ser indigente, debió ganar $ 7.132.

Con este panorama económico a nivel nacional falta incorporar una nueva variable política que aparece con fuerza a partir del final del Mundial de fútbol, y es que comienza la carrera eleccionaria para el 2019. A nivel nacional el oficialismo va a querer consolidar su gestión con cuatro años más. Cómo van a impactar en la economía todas las decisiones políticas que se tomen en virtud de las elecciones del próximo año es algo que todavía está por verse.